Las obras portuarias y de costa requieren a menudo obras de refuerzo capaces de resistir los embates del mar y romper la energía de golpeo de las olas en beneficio de la protección de los bienes y personas que concentran su actividad junto a la mar y sus puertos. Frente a los refuerzos hechos con hormigón, los bloques de piedra natural, que pueden alcanzar tonelajes entre 20 y 60 toneladas, se integran con facilidad paisajísticamente en el entorno, y su alta densidad de 2,7 t/m3 los hace altamente competentes para resistir el empuje del mar. Las consecuencias del cambio climático nos conducirán en los próximos años a incrementar el esfuerzo en la protección de nuestros puertos y costas, y los enormes bloques de nuestras canteras de Gipuzkoa y Bizkaia seguirán brindando con su manto calizo gris la protección necesaria allí donde sean necesarios.